¿Te suena? El momento de renovar las tarjetas de visitas llega cuando se acaban o, como en mi caso, cuando se hace necesario actualizar algún dato de contacto e incluir las redes sociales. Soy una defensora de las tarjetas de visita. Me sigue sorprendiendo que en los eventos haya personas que no las lleven encima.
¿Cómo pretenden que nos acordemos de ellas? ¿Quizás se avergüencen, no quieran ser contactadas, prefieran el anonimato? Raro… Pero en la tarjeta de visita hay que esmerarse: es algo importante, habla de nosotros. L@s que me conocéis, sabéis que predico eso de “todos los detalles cuentan”.
Al tener que renovar las mías, intenté hacerlo de la mejor forma y se me plantearon varios interrogantes. Por si te puede servir, he preparado una pequeña checklist y unos pocos consejos.
1.Piensa en tu cliente. Esto es la base del buen marketing. ¿A quién, cuándo, dónde, en qué ocasiones tienes previsto entregar tu tarjeta? ¿A quién quieres que le guste y llame su atención?
2.Texto. Escribe toda la información que quieres que tu tarjeta contenga. Es especialmente importante que verbalices claramente la “etiqueta” que te define. ¿Quién eres? ¿Qué haces? Son muchos los emprendedores con fuertes dudas al respecto: ¿Me pongo director, gerente, socio-director, director de un área específica, etc.? Sobre este aspecto tan importante – que no es otra cosa que tu posicionamiento , ya hablé en un post anterior. En mi caso estoy satisfecha con mi propia “etiqueta”: “creación de empresas y marketing / formación y asesoramiento”.
3.Datos de contacto. Los que tú quieras. Si no quieres que te llamen por teléfono, no lo pongas. Para una empresa, no queda muy profesional que solo aparezca un número de móvil, aunque podría entenderse que en ese teléfono nos van a atender directamente y con total disponibilidad – ¡cuidado porque es un arma de doble filo !-.
4.No sin mis redes sociales. Hoy en día se hace imperativo indicar en la tarjeta nuestra presencia en redes sociales. Quizás nos encuentren de todas formas – en mi caso, con mi apellido, en este sentido me considero una privilegiada, ya que no compito con ningún otro Mazzoli en España 🙂 – y ¿Si no? Aunque tampoco debes ponerlas todas, solo las más representativas, en las que estés activo y que sumen puntos a tu favor.
5. Imagen. Con el marketing de guerrilla puedes hacer que tu tarjeta resulte más llamativa. Hay que procurar que sea original. También podrías darle una forma especial mediante el troquelado: esquinas redondeadas, troqueles en forma de animales, casas, etc. – siempre y cuando esto esté relacionado con la actividad y ayude a ser recordados más fácilmente: no se trata de ser estrafalarios -. ¡Busca inspiración¡ los tablones de Pinterest son una fuente excelente.
6. Tamaño. En la duda es preferible escoger el tamaño “internacional” de 85mm x 55mm (90×60 como máximo), para que la tarjeta quepa en una cartera o en un tarjetero.
7. ¿Anverso y reverso? Me parece un desperdicio que no se utilice el reverso y que quede en blanco. Cuando recibimos una tarjeta, solemos darle la vuelta y queda feo que no haya nada detrás. En el reverso de mi tarjeta he puesto las redes sociales en las que tengo más presencia.
8. ¿Horizontal o vertical? Depende de los gustos. Yo la prefiero horizontal, porque ofrece más espacio para el texto.
9.¿Foto? Puede ser una buena idea para que te recuerden. Eso sí, debe ser de muy buena calidad y coherente con el contexto profesional en que te mueves.
10. Material. Si te decides por el papel (podría ser si no en PVC, metalizada, etc.), el más común es el estucado (terminación brillante, mate o alto brillo). El gramaje va desde los 80 hasta los 450 gr. Vale la pena gastar un poquito más y escoger un gramaje más resistente: desde los 300 gr. ya se considera bueno. El papel offset (poroso) es quizás algo más elegante y un pelín más caro, debido a que en la impresión offset se utilizan planchas. Sin embargo en la impresión digital la imagen va directa desde el ordenador a una impresora, por lo que la producción es inmediata.
11.¿Puedo hacerlo yo sol@ y por un precio asequible? La anterior tarjeta me la diseñó una amiga –brillante publicitaria-, pero en esta ocasión decidí intentar diseñarla yo sola, al tiempo que profundizaba sobre el tema. Adentrarme en Internet en el universo de la creación de tarjetas (plantillas, videotutoriales, plataformas de precio cerrado que te guían paso a paso, aplicaciones, diseñadores online, etc.) me llevó algún tiempo, pero tengo que reconocer que el resultado me satisface. ¿Qué os parece?
Eso sì, confieso que a la hora de recibir mi pedido, me temía lo peor 😀
Para terminar, unas últimas reflexiones:
- Aunque no sea habitual, podemos usar más de una tarjeta. Si colaboras habitualmente con más de una entidad, te será útil entregar cuando proceda la tarjeta con el cargo y la dirección de correo correspondiente, sin tener que dar explicaciones adicionales. De la misma forma que si desempeñas tareas diversas en ámbitos distintos, te resultará más práctico disponer de más de una tarjeta que refleje de forma más adecuada tu vinculación con ese sector o actividad o target.
- La tarjeta es un elemento vivo. Cuando las termines, no tienes porque volver a cursar un pedido exactamente igual que el anterior. Puedes introducir mejoras, algún elemento que hayas visto por ahí y te haya gustado, etc. un mensaje que hable más y mejor de ti, etc. ¿Por qué no modificar la tarjeta, cuando todo evoluciona, al igual que nosotros mismos?
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